En los casos de violencia de género, abusos sexuales y otros delitos relacionados, la declaración de la víctima puede ser crucial en el proceso judicial. Sin embargo, es esencial entender cómo la ley valora este tipo de testimonio y qué criterios establece la jurisprudencia para que se considere como una prueba válida, especialmente cuando constituye la única prueba en un juicio.
Presunción de inocencia y carga de la prueba
Un principio fundamental del derecho penal es la presunción de inocencia, que garantiza que toda persona acusada de un delito sea considerada inocente hasta que se demuestre su culpabilidad. Según una sentencia del Tribunal Supremo de 2009, el testimonio de la víctima puede ser utilizado como la única prueba de cargo, pero esto no implica que se invierta la carga de la prueba.
Aunque el testimonio de la víctima puede ser determinante, es la parte acusadora la que debe probar la culpabilidad del acusado con pruebas suficientes. El acusado tiene derecho a defenderse y presentar pruebas a su favor, y este principio debe ser respetado en todo momento.
El riesgo de la «inversión de la carga de la prueba»
Uno de los puntos más controvertidos en la jurisprudencia sobre este tema es la posibilidad de que el testimonio de la víctima se utilice como la única prueba para condenar al acusado. Esto genera preocupaciones sobre la inversión de la carga de la prueba, es decir, que el acusado se vea obligado a demostrar su inocencia. Esto iría en contra de un principio básico de justicia, que es que el acusado no tiene que probar su inocencia, sino que es la acusación quien debe probar su culpabilidad.
Por tanto, el testimonio de la víctima debe ser evaluado con cautela, asegurándose de que no se socave el derecho fundamental de la presunción de inocencia.
Requisitos para aceptar el testimonio de la víctima
En la Sentencia del Tribunal Supremo 717/2018 se detallan varios criterios para valorar el testimonio de la víctima cuando se presenta como prueba de cargo. A continuación, se describen algunos de los aspectos clave que deben tenerse en cuenta:
- Ausencia de incredibilidad subjetiva: El testimonio debe ser coherente, claro y creíble. Factores como la edad, el estado de salud o el consumo de sustancias pueden influir en la credibilidad, por lo que deben ser evaluados cuidadosamente. También es importante que no existan motivos ocultos que puedan inducir a la víctima a inventar o exagerar los hechos.
- Verosimilitud del testimonio: La coherencia interna del relato es esencial. El testimonio debe ser lógico y consistente, y preferentemente debe estar respaldado por pruebas objetivas como partes médicos, informes periciales o declaraciones de testigos que coincidan con los hechos narrados. Aunque las pruebas psicológicas pueden ser útiles para valorar la credibilidad, la jurisprudencia subraya que estas no deben sustituir el análisis que hace el tribunal del testimonio.
- Persistencia en la incriminación: Es fundamental que la víctima mantenga un relato uniforme y detallado a lo largo de todo el proceso, sin contradicciones. La coherencia de la declaración, incluso durante los interrogatorios de la acusación y la defensa, es crucial para valorar la credibilidad del testimonio.
El riesgo de la «guionización» en los casos de violencia de género
Uno de los problemas que pueden surgir cuando el testimonio es utilizado como única prueba de cargo es el riesgo de la «guionización». Este término se refiere a la posibilidad de que, en algunos casos, las víctimas de violencia de género sean asesoradas para estructurar su relato de manera que cumpla con las expectativas judiciales. Si bien la coherencia es importante, este enfoque puede ser peligroso, ya que podría dar lugar a una declaración perfectamente ajustada a los requisitos del juicio, pero que no refleja la realidad de los hechos.
Este riesgo podría poner en peligro a personas inocentes, quienes podrían ser condenadas sin que se presenten pruebas materiales adicionales que respalden la acusación.
El papel de un abogado experto en violencia de género
La declaración de la víctima es una pieza clave en los casos de violencia de género y abusos sexuales, pero su validez debe ser evaluada con extremada cautela, según los criterios establecidos por la jurisprudencia. Dada la complejidad de estos procesos judiciales, contar con el apoyo de abogados especializados es fundamental para garantizar que el testimonio se valore de manera justa.
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