La conducción bajo los efectos del alcohol es un grave problema que afecta la seguridad vial y pone en riesgo la vida de todos los que comparten la vía pública. En España, la Ley de Alcoholemia establece severas sanciones para quienes infringen las normas de tráfico conduciendo bajo la influencia del alcohol. Una de las vías más comunes para procesar estos delitos es el juicio rápido por alcoholemia.
En este artículo, explicaremos en qué consiste este procedimiento, cuándo se aplica, y las posibles consecuencias para los infractores.
¿En qué consiste un juicio rápido por alcoholemia?
El juicio rápido por alcoholemia es un procedimiento judicial diseñado para resolver de manera ágil los delitos relacionados con el alcohol al volante. Este tipo de juicio se aplica cuando un conductor es sorprendido superando los límites permitidos de alcohol en sangre o aire espirado contemplados en el artículo 379 del Código Penal apartado 2. La rapidez del procedimiento tiene como objetivo reducir la sobrecarga del sistema judicial, permitiendo que casos simples, como los de delitos de alcoholemia, se resuelvan de forma simplificada.
El proceso se inicia cuando un agente de tráfico detiene a un conductor sospechoso de consumo de alcohol y le realiza una prueba de alcoholemia. Si los resultados superan los límites legales, el conductor es detenido y puesto a disposición judicial. El juicio rápido puede llevarse a cabo en un plazo de 72 horas, siempre y cuando el acusado acepte los hechos y no se oponga a la celebración del juicio en ese momento. Que no es más que la posibilidad que se nos da de reconocer los hechos y poder así beneficiarnos de una reducción de ⅓ de la pena.
¿Puedo tener un juicio rápido por alcoholemia en caso de accidente?
Sí, es posible. En casos donde el conductor bajo la influencia del alcohol provoca un accidente, el juicio rápido por alcoholemia también puede ser aplicado. Esto se da cuando los hechos son claros y no existen grandes controversias que requieran una investigación más profunda. Sin embargo, si el accidente causa lesiones graves o la muerte, el caso puede complicarse y llevar a un procedimiento más largo y detallado, dado que las sanciones serían más severas.
¿Qué pasa si soy reincidente?
La Ley de Alcoholemia es particularmente estricta con los conductores reincidentes. Si una persona es sorprendida conduciendo bajo los efectos del alcohol en más de una ocasión, las sanciones aumentan significativamente. En un juicio rápido por alcoholemia, ser reincidente puede resultar en penas más duras, que pueden incluir multas más altas, la retirada del permiso de conducir por un periodo más largo, trabajos en beneficio de la comunidad o incluso penas de prisión. La reincidencia en estos casos también podría llevar a que el juicio rápido se transforme en un procedimiento ordinario, dado el agravamiento de las circunstancias.
¿Cuánto tarda en resolverse un juicio rápido por alcoholemia?
Como su nombre indica, un juicio rápido por alcoholemia es un procedimiento acelerado. Por lo general, este tipo de juicios se resuelve en un plazo de 15 días a partir del momento de la detención. En muchos casos, la sentencia se dicta el mismo día de la celebración del juicio. Sin embargo, este plazo puede variar dependiendo de la carga de trabajo de los juzgados y de si el acusado acepta o no los hechos.
¿Necesito un abogado en un juicio rápido?
Aunque el juicio rápido es un procedimiento simplificado, contar con un abogado es fundamental. La asistencia letrada es obligatoria en estos casos, y tener un abogado especializado en delitos de alcoholemia puede marcar la diferencia en la defensa del acusado.
Nuestros abogados expertos en delitos de alcoholemia pueden asesorarte sobre la conveniencia de aceptar o no los hechos, negociar una reducción de la pena o explorar posibles errores en la detención o en la prueba de alcoholemia que pudieran invalidar el procedimiento.